martes, 26 de mayo de 2009

COCINA INTERNACIONAL POR MENOS DE $15.000 PESOS


Las distintas nacionalidades convergentes en Patronato han visto en la gastronomía una forma de hacer dinero donde no sólo atraen los ricos sabores sino también sus precios.

El autodenominado centro del comercio en Recoleta cuenta con casi 800 tiendas donde coreanos, árabes, argentinos, chinos, turcos y chilenos ofrecen todo tipo de vestuario a módicos precios.

Luego de recorrer tantas cuadras con ofertas hacen que a uno se le pase rápido la hora y que pronto le de hambre, pero el sorprendente barrio Patronato ofrece más que sólo prendas.Una amplia variedad de restaurantes se han ganado su fama en el lugar, sus dueños con nacionalidades tan variadas como los de las tiendas, hacen de este sector de Recoleta una especie exhibición de gastronomía internacional.

Con $15.000 pesos, la misma cantidad de dinero que me permitiría arrasar con las tiendas del barrio, me dediqué a darme un gusto. Esta vez decidí frenar mis impulsos consumistas femeninos, para dar cabida a satisfacer el más antiguo de los instintos: el hambre.

En la calle Eusebio Lillo está el restaurante árabe “Harissa”, que se especializa por fabricar pan pita y los ya conocidos shawarmas. Es como el Mc Donals de Patronato ya que se puede comer al paso y para llevar desde platos mixtos en hojas de parra, cordero con pasas y almendras, o dulces de manzana con nueces; todo a un muy bajo precio.

Doblando en la esquina hacia calle El Manzano está “El Rinconcito Árabe”, uno de los restaurantes más antiguos del sector. Su aspecto tipo almacén de población me dio un poco de desconfianza, pero el deber me llamaba así que pedí un café con un ceregli.Aunque los exquisitos sabores me incitaban a seguir probando estas deliciosas mezclas debí seguir mi ruta, ya que tenía que guardar dinero y espacio en mi estómago para visitar más restaurantes.

En mi paso por Arabia gasté $4.800 pesos.Una de las novedades gastronómicas de Patronato es “La Bolée”, un local de comida francesa especializado en panqueques y crepes. Los precios no superan los $1.500 pesos por panqueque, dependiendo de los ingredientes que van desde manjar hasta salsas y camarones. Hasta ahora ésta sería la opción más rica y conveniente.

En Antonia López de Bello 244 se encuentra el “Sukine”, que en un ambiente muy informal, algo común en la mayoría de los locales, ofrece comida coreana. La carta está invadida de mariscos, lo cual me desanima ya que no tolero su fibrosa textura. Justo cuando ya me retiraba aparece la mesera coreana Jushim (hija del dueño) y me sugiere el Samgyetang, un pollo relleno con castañas y jengibre, acompañado con una salsa agridulce y el infaltable arroz. Demasiado para mi sola pero no resistí probar ese sabor inigualable, tal vez el más exótico de todos y por sólo $2.600 pesos.

Todavía encantada con estos gustos extraños a mi paladar, iba vitrineando por pasaje Patronato cuando desde el segundo piso me llegó un aroma familiar, era el local “Buenos Aires” donde ser servía una combinación de comida chilena y argentina. No noté gran diferencia entre ambas y ya sentía mi ombligo un poco tirante, así no pude distinguir los ingredientes.

A esta altura ya pasé de saciar mi hambre a caer en la vulgar gula, rompí mi dieta con cientos de exquisitos sabores del mundo en un par de cuadras. Finalmente llegué al típico puesto de completos a la chilena (sucio como siempre), aunque seguí de largo, pude apreciar gran variedad de restaurantes chinos, de sushi, de pizzas, que había al rededor.

Sin duda Patronato es el barrio cosmopolita de Chile, no sólo por sus comidas sino por las costumbres y lenguajes que aquí conviven. Aún me quedan mil pesos, lo suficiente para tomar un jugo de naranja natural recién exprimido que vende un alegre peruano en su carrito adornado con imágenes de la virgen de Las Mercedes.


María Teresa Riquelme